martes, 17 de febrero de 2009

Reflexiones sobre KARL POPPER y PAUL FEYERABEND

I. INTRODUCCIÓN
Los modelos racionales de cambio científico comprenden dos ingredientes fundamentales:
1. Objetivos: constituyen la finalidad de la ciencia; también se puede decir que la ciencia es la actividad que se despliega en la persecución de esa finalidad.
2. Principio o conjunto de principios que permiten comparar teorías rivales sobre un marco de evidencia dado de antemano.
K.Popper está incluido dentro del grupo de epistemólogos que considera que la ciencia debe su carácter racional, así como su enorme éxito, a la aplicación de un método universal. El método científico ofrecería un riguroso control de calidad de las propuestas científicas y el propio método permitiría a los científicos decidir sin ambigüedad sobre qué teorías rechazar y cuáles aceptar.
Feyerabend por otra parte, trata de desplazar el papel de rigurosidad y racionalidad de la ciencia, haciendo hincapié en su racionalidad, en la importancia de su contextualización , y en la relatividad de la misma (ejemplo de ésto lo constituye el principio de “relatividad lingüística “ que apoya.-
II. ANÁLISIS PARTICULARIZADO DE POPPER
El modo de llegar a esas teorías está íntimamente vinculado a cuestiones metodológicas, por lo que comenzaremos nuestro análisis considerando aspectos relativos al método científico propuesto por Popper: el falsacionismo. La revisión del método popperiano nos permitirá describir su criterio de racionalidad para evaluar las teorías y explicar racionalmente el cambio.
2:1 Estructura lógica y procedimientos metodológicos de las teorías
En la “Lógica del conocimiento científico”, Popper dice: ...“ todos los problemas que suelen llamarse “epistemológicos” pueden tratarse como problemas del todo”. La tarea de la lógica de la investigación científica – o lógica del conocimiento - es ofrecer un análisis lógico del método de las ciencias empíricas.”.
Ahora bien, cuando Popper se refiere a metodología, indudablemente apunta a mucho más que a la mera descripción de los procedimientos que han utilizado y utilizan los científicos en la creación, evaluación y aceptación de hipótesis, leyes y teorías. Éste, dice, es un enfoque “naturalista”, incapaz de conducir al descubrimiento de un patrón unificador de la multiforme práctica científica. La meto-dología, para él, es una disciplina claramente filosófica, cuyo interés es mucho más normativo que descriptivo.-
La propuesta metodológica de Popper es el falsacionismo, que surge de las pro-fundas críticas realizadas por el autor al inductivismo, propio del empirismo lógico, y la metodología convencionalista.
No obstante, al proponer su metodología no pretende afirmar que los científicos no han utilizado jamás el método inductivo, sino que este método es inútil e incluso origina incoherencias y sólo una actitud falsacionista por parte de los científicos garantiza el aumento de conocimiento de la ciencia.-
El análisis de la racionalidad popperiana partirá de una profunda revisión del falsacionismo como propuesta metodológica, puesto que, coincidimos con S. Alvarez en que “la metodología es siempre selectiva y valorativa, esto explica que existan diferentes enfoques metodológicos, que son reflejos de distintos supuestos filosóficos y de distintas concepciones de la racionalidad, y que, en algunos ca-sos, la metodología encierre una intención mucho más normativa que descriptiva.”
2:2 Críticas de Popper a la inducción
El problema de la inducción, ha generado innumerables discusiones y consiste básicamente en determinar el sentido preciso en que podemos decir que ciertos datos empíricos confieren apoyo o justificación a una hipótesis. Todos los intentos de resolver el problema tropiezan con que la hipótesis no está plenamente contenida en los datos-premisas. La hipótesis excede el contenido de los datos y por tanto la inferencia no es explicitativa sino aumentativa o ampliativa.
Pero, este problema para Popper no es relativo a la creación de hipótesis (contexto de descubrimiento).Su metodología,al igual que el empirismo lógico, no atiende al origen de las ideas científicas, puesto que, la formulación de hipótesis es un proceso esencialmente creador o conjetural, irreducible a un conjunto de reglas metodológicas.
El problema de la inducción, en cuanto a su posibilidad de justificar hipótesis, es centrado en el contexto de justificación porque la inducción como paso de lo particular a lo universal, significa justificar hipótesis universales a partir de hechos particulares.
Desde una perspectiva empirista mínima, todo conocimiento empírico se inicia en la experiencia y la experiencia es siempre de hechos particulares. No obstante, el conocimiento empírico contiene aseveraciones empíricas generales. En la medida que las aseveraciones empíricas generales estén justificadas, su base de justificación se retrotrae, en última instancia, a una base infinita de hechos particulares.
1. Las aseveraciones generales están justificadas, de otro modo no las consideraríamos conocimiento.
2. Su contenido factual excede el de la serie de hechos particulares que constituyen su base de justificación.
De acuerdo a esto, resulta que el conocimiento científico termina siendo justificaciones ampliativas, inducciones. Es aquí donde aparece el problema, ¿en qué sentido estas inferencias inductivas ampliativas son justificativas?
Hume rechaza la posibilidad (1), esto es, ningún tipo de inferencia ampliativa es justificativa, las creencias generales o sobre el futuro, incluso si resultan de hecho verdaderas, no constituyen conocimiento pues no están justificadas. No obstante, después de que la experiencia nos ha informado de su conexión constante es irresistible a nuestra mente el ir más allá de las singularidades y por esto Hume habla de una única justificación para la inducción de tipo “psicológica”. En otras palabras, la costumbre, el hábito de asociar ideas es lo que nos hace creer que si tantas veces ocurrió así, lo más probable es que pueda volver a ocurrir.-
Para Popper la conclusión de Hume es indefendible porque conduce a la irracionalidad; si bien coincide con éste en que no existe una inferencia inductiva, no acepta y discrepa con él en cuanto al aspecto psicológico de la inducción.
Popper, aparentemente, rechaza la posibilidad de que la ciencia no pretende justificar hipótesis a partir de datos empíricos.
La mayoría de los restantes filósofos creen que hay justificaciones que no preservan la verdad; si bien no renuncian a vincular las nociones de justificación y verdad, renuncian a establecer dicho vínculo en los términos tan fuertes de Hume. Algunas inferencias (las ampliativas) no preservan la verdad pero, por así decirlo la transfieren parcialmente, hasta cierto punto, con cierta probabilidad: las justificaciones no demostrativas nos justifican en creer que si las premisas son verdaderas la conclusión es probablemente verdadera.
Popper rechaza de plano la idea de una lógica inductiva probabilista. Cuando el grado de apoyo de una proposición por otras no es total, como en el caso de la deducción, no se puede medir el apoyo parcial con una función probabilista. El grado de apoyo evidencial no es una probabilidad.
En definitiva, según el criterio de cientificidad popperiano, los enunciados o sistemas de enunciados de una ciencia empírica han de ser inevitablemente arriesgados e improbables.-
También es importante distinguir entre falsificabilidad y falsificación. El concepto de falsificabilidad es sólo un criterio para determinar el carácter empírico de un sistema de afirmaciones.En cuanto a la falsificación deben fijarse reglas que de-terminen bajo qué condiciones hay que considerar que un sistema está falsificado.
Popper considera que una teoría está falsificada ...“sólo si hemos aceptado afirmaciones básicas que la contradicen”. Así pues, unas cuantas afirmaciones básicas que contradigan a una teoría no podrían inducirnos a rechazarla como falsificada. Sólo la consideraremos falsificada si descubrimos un efecto reproducible que refute la teoría. En otras palabras, sólo aceptaremos la falsificación si una hipótesis empírica de bajo nivel que describe tal efecto es propuesta y corroborada. A esta hipótesis podremos llamarla hipótesis falsificadora. La exigencia de que la hipótesis falsificadora debe ser empírica, y por lo tanto falsificable, sólo significa que debe estar en cierta relación lógica con posibles afirmaciones básicas”.
2:3 Falsificacionismo contra convencionalismo
Se entiende por convencionalismo al punto de vista según el cual la formulación y aceptación de hipótesis y teorías científicas no responden de modo significativo a criterios lógicos o experimentales sino que son, sobre todo, resultados de acuerdos libremente adoptados por la comunidad científica. Se consideran como fundadores y más genuinos representantes de este movimiento filosófico a los científicos franceses de finales del Siglo XIX y principios del XX: H.. Poincaré P. Duhem.
Esta filosofía ha contribuido a esclarecer las relaciones entre la teoría y lo experimental. Reconoció la importancia del papel que desempeñan nuestras acciones y operaciones, y es en general, un sistema en el que no se detectan incongruencias. Pese a todo, Popper lo considera inaceptable, puesto que, el convencionalismo busca en la ciencia un sistema de conocimiento basado en fundamentos definitivos. Subyacente al sistema, hay una idea de la ciencia, sus objetivos y propósitos, contrapuesta a la de Popper.
Esto resulta difícil de apreciar en los periodos en que la ciencia se desarrolla lentamente, pero, en tiempos de crisis se agudizará este conflicto sobre los objetivos de la ciencia.” Nosotros, y quienes comparten nuestra actitud, dice Popper, esperamos que nos asista en esta labor un nuevo sistema científico que se cree para tal efecto. Así será de mayor interés para nosotros la experimentación falsificadora. Saludaremos esta experimentación como éxito, pues habrá abierto nuevos panoramas en un mundo de nuevas experiencias. Y vitorearemos esta experimentación para descubrir falsedades incluso si estos nuevos experimentos nos proporcionan nuevos argumentos en contra de nuestras recientes teorías”. Pero los convencionalistas consideran a esta naciente estructura, “el colapso total de la ciencia”.-
La única manera de soslayar el convencionalismo, dice Popper, consiste en tomar una decisión: la de no aplicar sus métodos. “Decidimos que, si nuestro sistema está amenazado, jamás lo salvaremos por ninguna estratagema convencionalista. Así estaremos en guardia contra la explotación de la siempre abierta posibilidad de obtener, por cualquier sistema elegido, lo que se ha llamado correspondencia con la realidad”
2:4 El desarrollo del conocimiento científico
“La historia de la ciencia, como la historia de todas las ideas humanas, es una historia de sueños inalcanzables de obstinación y de errores. Pero la ciencia es una de las pocas actividades humanas – quizás la única - en que los errores se critican sistemáticamente y con frecuencia, con el tiempo se corrigen. Por eso podemos afirmar que en la ciencia aprendemos de nuestros errores, y por eso podemos hablar clara y sensatamente de realizar progresos en este campo. En el campo de la ciencia tenemos criterio de progreso aun antes de ponerse a prueba empírica una teoría, podemos saber de antemano si será una mejora respecto de otras teorías con las que estemos familiarizados, siempre y cuando supere ciertas pruebas especificadas. Ésta es mi primera tesis “.
“Mi primera tesis implica que disponemos de un criterio de satisfactoriedad potencial relativa o de progresividad potencial, que puede aplicarse a alguna teoría incluso antes de que sepamos si se convertirá, superando algunas pruebas cruciales, en una teoría realmente satisfactoria”.
Este criterio caracteriza como preferible a la teoría que nos dice más; es decir, la teoría que contiene mayor cantidad de información empírica o contenido; la que es más fuerte en su forma lógica; la que tiene mayor poder explicativo.
G.Klimovsky analiza esta posición popperiana desde la perspectiva de Mundos posibles, conocimiento y progreso:
¿Por qué afirmamos que formular hipótesis y contrastarlas proporciona cono-cimiento?. Newton-Smith habla de la inducción pesimista: “como hasta ahora hemos trabajado con hipótesis y la mayoría de ellas se han mostrado falsas, las hipótesis a ser formuladas en el futuro también serán falsas”. Afirmamos que el método hipotético-deductivo, no sólo proporciona conocimiento sino que nos permite hablar de progreso científico, en el sentido de que cada vez nos acercamos más a un “conocimiento exacto”. Si bien el planteo de Newton-Smith es cierto en cuanto a que las conjeturas son refutadas una tras otras a lo largo de la historia, las que sobrevengan en el futuro se hallarán más cerca de la verdad que las que se han formulado y desechado en el pasado porque las nuevas son ajustes de las anteriores.
Del espectro de mundos posibles, que habla Klimovsky, vemos que a medida que se produce el desarrollo de la ciencia tal como lo concibe el método hipotético-deductivo, sucede, en cada instante, que una cierta cantidad de teorías son eliminadas por refutación, y por consiguiente ciertos mundos posibles son descartados. Ocurre que, a medida que refutamos teorías, en el mejor espíritu popperiano de eliminación de errores, el conocimiento progresa por la negativa: aprendemos gradualmente, cada vez con mayor precisión, cómo el mundo no es.
Por cierto que el progreso por la negativa no es equivalente al que supondría saber cómo el mundo es de una manera precisa, o sea saber cuál de los mundos posibles es el real; pero confesemos que, a medida que eliminamos teorías erróneas, aprendemos mucho.
2:5 El objetivo de la ciencia según Popper
...“Parece que cuando hablamos de ciencia sentimos, con mayor o menor claridad que hay algo característico de la actividad científica y como la actividad científica se parece mucho a una actividad racional ,debe tener algún objetivo”.
El objetivo de la ciencia estriba en encontrar explicaciones satisfactorias de cualquier cosa que nos parezca necesitan explicación. Por explicación se entiende el conjunto de afirmaciones del que se debe describir la condición del asunto que hay que explicar (el explicandum), mientras que las otras afirmaciones, las explicativas, constituyen ”la explicación” en la acepción más rigurosa de esta palabra (el explicans del explicandum).Podemos considerar que el explicandum más o menos se conoce como verídico, o que se supone que se da por verídico.
El explicans, que es el objetivo de nuestra investigación, como regla general no será conocido, tendrá que descubrirse. Así, la explicación científica, siempre que sea un descubrimiento será la “explicación de lo conocido por medio de lo desconocido .”
Popper dice que las explicaciones deben ser, además, satisfactorias. Aunque aclara que lo satisfactorio puede ser una cuestión de grado, para que las explicaciones resulten satisfactorias deben cumplir los siguientes requisitos:
--- El explicans debe deducir lógicamente el explicandum.
--- El explicans debe suponerse verídico, aunque en general no se sabrá
realmente si es verídico; en todo caso no se comprobará su falsedad aun después del examen crítico más riguroso. Sí no se tiene seguridad de que sea verídico debe haber una prueba independiente a su favor. Debe ser comprobable de manera independiente y lo consideraremos más satisfactorio cuanto mayor sea el rigor de las pruebas independientes a las que haya sobrevivido. La expresión independiente es opuesta a “ad hoc” y “circular”.
--- La explicación circular se considera insatisfactoria porque la única prueba o evidencia del explicans es el explicandum mismo.
--- Para que el explicans no sea ad hoc, debe tener un contenido rico:, debe tener una variedad de consecuencias que se puedan poner a prueba, entre ellas, con-secuencias comprobables que sean diferentes del explicandum.
Sólo si exigimos a las explicaciones que utilicen afirmaciones universales o leyes de la naturaleza podremos avanzar hacia la comprensión de la idea de explicación independiente y no “ad hoc”. Porque las leyes universales de la naturaleza pueden ser afirmaciones de contenido rico, de manera que puedan ser comprobadas independientemente, en todas parte, y en cualquier época.
Una explicación es satisfactoria en términos de leyes comprobables y falsificables, de condiciones iniciales. Una explicación de esta clase será tanto más satisfactoria cuando más comprobables sean estas leyes y cuando mejor se hayan puesto a prueba.
De esta manera, la conjetura de que el objetivo de la ciencia consiste en encontrar explicaciones satisfactorias nos lleva a la idea de mejorar el grado de satisfacción de las explicaciones mejorando su grado de comprobabilidad, es decir, procediendo a mejorar las teorías comprobables, lo cual significa proceder a elaborar teorías de contenido cada vez más rico, de más alto grado de universalidad, y de mayor grado de precisión. Esto sin duda está en perfecta concordancia con la práctica real de la ciencia teórica.
Nuestras leyes y teorías deben ser universales, es decir, que deben ser aseveraciones acerca del mundo, acerca de todas las regiones espacio temporales del mundo. Las teorías hacen aseveraciones acerca del mundo, de las propiedades estructurales y las relaciones del mundo, y las propiedades que describe una teoría explicativa deben ser “ más profundas” que las nociones por explicar.
III. ANÁLISIS PARTICULARIZADO DE FEYERABEND
...“Admiro y respeto a mucha gente, pero sólo respeto a muy pocos intelectuales. Admiro a Marlene Dietrich, que consiguió pasar por la vida, una larga vida, con estilo y ha enseñado un par de cosas a muchos de nosotros. Admiro a Ernst Bloch porque habla la lengua de la gente corriente y porque ensalza las pintorescas descripciones de la vida que esa gente y sus poetas nos han ofrecido. Admiro a Paracelso porque sabía que el conocimiento sin corazón es algo vacío. Admiro a Lessing por su independencia, por su buena disposición a cambiar de parecer, y le admiro mucho más por su honestidad, pues es una de esas raras personas que pueden ser honestas y tener humor al mismo tiempo, y utilizan la honestidad como guía en sus vidas privadas, no como un garrote para someter a la gente. le admiro por su estilo libre, claro y vivo. . . Le admiro porque fue un pensador sin doctrina y un estudioso sin escuela: cada problema y cada fenómeno que abordaba era para él una situación única que tenia que explicarse y esclarecerse de manera única. No existían fronteras para su curiosidad y ningún tipo de 'criterio' restringía su pensamiento: aceptaba la colaboración, en cualquier investigación particular, de pensamiento y emociones, fe y conocimiento. Le admiro porque no quedaba satisfecho con una claridad ficticia sino que se daba cuenta de que la comprensión se consigue a menudo a través de un oscurecimiento de las cosas, a través de un proceso en el que 'lo que parecía verse con claridad se pierde en una lejanía incierta'. Le admiro porque no rechazaba los sueños ni los cuentos de hadas sino que los acogía como instrumentos para liberar a la humanidad del yugo de los racionalistas más decididos. Le admiro porque no se encadenó a ninguna escuela ni a ninguna profesión, porque no tenía necesidad de contemplarse constantemente en el espejo intelectual, como una cortesana entrada en años, y porque no tenia el deseo de atesorar la "reputación" tal y como se manifiesta en notas a pie de página, reconocimientos, discursos académicos, grados honoríficos y otras pócimas para aliviar los temores que produce la inseguridad. Le admiro, sobre todo, porque nunca intentó conseguir poder sobre sus amigos, ni a la fuerza ni por persuasión, sino que se sentía en paz y satisfecho con ser 'libre como un gorrión' e igualmente inquisitivo.. "
Este pasaje de Paul K. Feyerabend, tomado de su texto "Diálogo sobre el Mé-todo", representa tal vez lo que él mismo llegó a ser o, al menos, lo que él pretendió llegar a ser. Si uno se deja guiar por la obra de Feyerabend, habría que concluir que efectivamente eso es lo que pretendió. Es prácticamente imposible dejar de constatar en las miles de páginas que escribió un alegato permanente, consistente y apasionado, en pro de la diversidad de ideas y la discusión libre. Esta actitud marca asimismo su presencia en el terreno de la filosofía de las ciencias, en cuyos debates fue un innegable protagonista. Algunos de sus textos más importantes: "Tratado contra el Método" (1975), "Contra el Método" (1970), "La Ciencia en una Sociedad Libre'' (1978), "¿Por qué no Platón?" (1980), "Adiós a la Razón" (1981), "Diálogos sobre el Conocimiento" (1991). Como ocurre a menudo, las tesis más impactantes de un autor operan el efecto de ocultar el todo integral de su pensamiento. El nombre de Feyerabend se asocia automáticamente a la tesis de que no existe “el método científico”, tesis que, comprensiblemente, ha generado toda clase de polémicas. Decimos “comprensiblemente” porque, sin duda, lo que entendemos por ciencia aparece ligado a un cierto modo estructurado y bien definido de hacer las cosas, a ciertos procedimientos que, paso a paso y rigurosamente respetados, garantizan la obtención de conocimiento seguro y fiable. En el Prólogo a la edición castellana de "Tratado contra el Método", Feyerabend afirma: "La ciencia no presenta una estructura, queriendo decir con ello que no existen unos elementos que se presenten en cada desarrollo científico, contribuyan a su éxito y no desempeñen una función similar en otros sistemas. Al tratar de resolver un problema, los científicos utilizan indistintamente un procedimiento u otro: adaptan sus métodos y modelos al problema en cuestión, en vez de considerarlos como condiciones rígidamente establecidas para cada solución. No hay una 'racionalidad científica' que pueda considerarse como guía para cada investigación; pero hay normas obtenidas de experiencias ante-riores, sugerencias heurísticas, concepciones del mundo, disparates metafísicos, restos y fragmentos de teorías abandonadas, y de todos ellos hará uso el científico en su investigación".
Sin asomo de duda, Feyerabend enfrentó sin contemplaciones a una tradición largamente respetada. Todavía más, desarrolló agudas reflexiones sobre el papel de la ciencia en la sociedad contemporánea y llegó a sostener que, en muchos casos, ese papel resultaba ser dañino y esencialmente contrario al ideal de la democracia. Criticó duramente a los 'expertos', los que basados en la posesión de un supuesto saber recomiendan y hasta toman decisiones que no contemplan las opiniones de la comunidad y que, sin embargo, la afectan profundamente. Se planteó, pues, la necesidad de reformular el lugar y el valor de la ciencia en la sociedad. En estas cuestiones, de índole ética y política, Feyerabend puso a la epistemología en tensión y la obligó a revisar sus ropajes especializados, formales y exclusivamente académicos.
3:1 Feyerabend : Anarquismo teórico
Feyerabend es el teórico de la ciencia que más polémica ha levantado en los últimos años, bien por los contenidos de sus propuestas, bien por su carácter impetuoso y enérgico. Este espíritu polémico y su crítica filosófica cada vez más acentuada, hacen que su producción epistemológica tienda a erradicar el sometimiento en el que actualmente se encuentra la “Ciencia” respecto a las estructuras superinstitucionales, ya que según él supone un grave peligro tanto para el conocimiento como para la democracia.
Por este motivo, Feyerabend acomete contra el empirismo (positivismo lógico) que está en la base de la teoría de la ciencia moderna, tachándolo de dogmático y pretencioso por sus aspiraciones a ser un método preciso de carácter racional. De este modo, rechaza cualquier intento de teoría o sistema que quiera ser considerado como definitivo. El científico ha de caracterizarse por su constante alternancia en el uso de teorías o métodos y ha de centrarse en su trabajo real; o sea, sólo ha de utilizar lo que le sirva y ha de liberarse de lo que ya no le sirve.
Efectivamente, la investigación científica no busca crear teorías “verdaderas” sino teorías eficaces, y se parece en muchos aspectos a la investigación artística (en alusión a la idea de alternativas en el arte introducida por Bertolt Brech y que Feyerabend quiere extender a todos los aspectos de nuestra vida). En este sentido, podemos considerar el paralelismo entre la concepción feyerabendiana de “teoría de la ciencia” como teorías que son eficaces, “que sirven”.
Sostiene que el progreso científico sólo es posible cuando los pensadores no se someten a ciertas reglas “obvias”, o porque las violan involuntariamente. Así, “los científicos han de desarrollar y sostener sus teorías irracionalmente; no hay normas generales por las que establecer la verdad; todo vale”. Como resultado, postula su denominado “anarquismo científico” que defiende la ruptura de la separación entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación, ya que la ciencia no avanzaría tal y como se pretende actualmente, sino que se ha de proceder a olvidar frecuentemente el contexto de justificación (análisis, críticas, pruebas, etc.) para dar preponderancia al contexto de descubrimiento formado por los factores externos.
O sea, el anarquista ha de entrar en el juego de la razón para socavarla y, además, considerar que las condiciones del entorno físico (guerras, revoluciones políticas, cambios en los sistemas morales, etc.) son la causa que determina que adoptemos nuevos criterios, rechazando como causa única la argumentación racional.-
Una consecuencia de la visión feyerabendiana de la ciencia es que puede ser considerada como cualquier otra expresión humana de carácter mítico, legendario o artístico. A este respecto, Feyerabend comenta: “la ciencia ofrece historias fascinantes sobre el universo. De hecho, los científicos modernos son de todas como esos artistas del pasado, los narradores de leyendas, los trovadores, los bufones de la corte que tanto entretenían a quienes los escuchaban” . Aquí encontramos otra similitud entre las posturas de Feyerabend y Foucault en lo referente a su concepción del pensamiento científico o teórico: ambos lo asemejan a construcciones “ficticias” en el caso de Foucault, o “legendarias” en el de Feyerabend.
IV ENTRECRUZAMIENTO DE MIRADAS TEÓRICAS
4:1 Partiendo del concepto de ANARQUISMO TEÓRICO como un problematizador
Quizás debamos hablar, en consecuencia, de un “anarquismo teórico postmoderno” (“conjunto de corrientes que combaten la razón occidental, el sujeto trascendente y el progreso continuo”) para diferenciarlo del “anarquismo clásico” de Proudhon, Bakunin y Sorel.
Para caracterizar tal cruce, hemos dividido este análisis en tres partes esen-ciales:
a) la epistemología de KANT (razón pura), como discurso de poder en la más pura tradición foucaultiana, vinculando a sus representantes por excelencia, los científicos ( esa "banda de hambrientos de poder y dinero" Feyerabend, 1982) como los responsables de imponer su teoría del conocimiento como si fuera la única y la mejor eliminando, por la vía de la educación, las otras tradiciones;
b) la propuesta anarquista (razón práctica) de cara a la crisis que sufre la democracia indirecta al entrar el sistema de partidos del mundo occidental en un profundo estado de coma;
c) la promoción y estímulo del arte dentro de la más pura tradición del vanguardismo estético.
4:2 Anarquismo epistemológico
1. Piaget (1970) trabaja el concepto de epistemología como "cierta relación entre un sujeto (a) y un objeto (b). Pero estos hacen intervenir, además, estructuras (c) y éstas son inherentes a todas las relaciones de conocimiento que vinculan los sujetos a los objetos. Es imposible saber por anticipado si estas estructuras o formas pertenecen al sujeto, al objeto, a ambos o sólo a su relación, o bien a ninguno de los dos". A partir de aquí, Piaget presenta tres tipos de epistemología: "la metacientífica" - "la para-científica" y " la científica" Esta última, a su vez, se presenta dividida en tres subconjuntos: *el positivismo lógico", *los filósofos de la ciencia" y *las reflexiones a lo interno de la ciencia".
La representatividad como concepto responde, dentro del último tipo, a una epistemología racionalista que viene básicamente de creer que el sujeto coincide con su objeto por medio de una coherencia racional crítica (Popper, 1973) y/o empírica lógica (Carnap, 1969) entre ellos, de tal manera que el sujeto siempre puede hablar por su objeto debido al alto grado de conocimiento que tiene y a la fidelidad de interpretación que supone derivado de tal proceso.
De este modo, "hablar", por una especie de teoría ingenua del reflejo (Lenin, 1980) o de confidencia de algún telos del Todo (Luckács, 1968; Kosik, 1967) en nombre de "otros" ha pasado a ser una tradición típica del racionalismo, ilustrado o dialéctico. Esto último desde que Heráclito, como dice Castoriadis (1983:11), habló en nombre del Logos (que la modernidad usó después como discurso) hasta que fue desconstruida por Derridá (1970) basado en parte en Michel Foucault.
2. El concepto Logos, originado desde los griegos, fue usado en su Edad de Oro como medio para demostrar las verdades últimas hasta que la Razón terminó en mano de los sofistas para demostrar cualquier cosa con lo cual creyeron sentirse muy fuertes en el terreno del conocimiento, lugar donde son minimizados en sus pretensiones como una tradición más (ni la mejor ni la más importante) por el anarquismo epistemológico de Feyerabend (1986) con demostraciones extraídas de sus propias fuentes y de su propia historia. "Hasta los pensadores audaces y revolucionarios se someten al juicio de la ciencia. Kropotkin quiere acabar con todas las instituciones existentes, pero a la ciencia ni siquiera la toca. Ibsen llega muy lejos en su crítica de la sociedad burguesa, pero sigue haciendo de la ciencia la medida de la verdad. Lévi-Strauss ha hecho que nos demos cuenta de que el pensamiento occidental no es - tal y como en otro tiempo se pensaba - la cumbre solitaria de los logros humanos, pero tanto él como sus seguidores dejan a la ciencia al margen de la relativización de las ideologías. Marx y Engels estaban convencidos de que la ciencia ayudaría a los trabajadores en la búsqueda de su emancipación mental y social. Tal actitud tenía perfecto sentido en los Siglos XVII, XVIII e incluso XIX, cuando la ciencia era una entre las muchas ideologías en competencia, cuando el Estado aún no se había declarado en su favor y cuando su decidida carrera estaba más que equilibrada por puntos de vista de instituciones alternativas. En aquellos tiempos la ciencia era una fuerza liberadora, no porque hubiera encontrado la verdad o el método correcto sino porque restringía la influencia de otras ideologías y dejaba así espacio individual para el pensamiento" (Feyerabend, 1982:85).
3. Así, pues, todo esto ayuda a demostrar que hablar en nombre de los "otros" y servirse para ello de conceptos como Clase, Raza, Historia, Estado, Ciencia, etc. no ha traído más que las miserias propias que la modernidad nos deparó y nos sigue deparando como pueden ser un claro ejemplo las guerras mundiales .
4. Hay otro modo de ver las cosas: reconocer nuestra condición fragmentada y no creer en la trascendencia de la nostalgia o de los paraísos perdidos, conformando de esa manera una versión secularizada que nos lleva a aceptar nuestras limitaciones y a nadar haciendo pequeñas escalas.
5. Por otra parte , Feyerabend nos confiesa que, desde su punto de vista, el romanticismo consiste en una añoranza de las viejas tradiciones y un amor por la imaginación y la emoción. Pensamos que las viejas tradiciones deben preservarse no porque sean viejas, sino porque son diferentes del status quo, porque nos permiten ver con perspectivas y porque hay mucha gente que todavía está interesada en ellas y que desea vivir de acuerdo con ellas. También defiendo la imaginación y la emoción, pero no pretendo que sustituyan a la razón, sólo que la limiten y la complementen"
6. El pensamiento de Popper, sin embargo, se basa en la idea de que el verdadero conocimiento del mundo sólo se puede lograr con audacia, resignación e indulgencia. La primera, para proponer hipótesis arriesgadas; la segunda, para enfrentar las refutaciones a dichas hipótesis; y la última, para aceptar los errores que nunca podrán ser eludidos por completo. Pero si de verdad uno quiere acercarse a lo que es la realidad, se debe estar preparado para superar los errores, teniendo la disposición para cometerlos, siempre que no sean incorregibles, irrevocables e incontrolables. El núcleo del racionalismo crítico desarrollado por Popper está en la cura, más que en la prevención de los errores. Nada es seguro y la fortaleza de cualquier conjetura se demuestra al enfrentarla a sus propias refutaciones.
Consideramos que el enclave de las posturas sostenidas más allá de los encuentros y desencuentros, de los acuerdos y discrepancias, de lo racional e irracional en la búsqueda de caminos que conducen al "conocimiento como producto de vida", se centra en la relación entre "lógica" y "ética" . En la cultura actual, la ética parece ser un asunto meramente subjetivo, y el ámbito de los argumentos objetivos pertenecería por entero a una ciencia que se presenta como libre de valores. El "saber por el saber" deviene sin límites desnaturalizando una realidad que se pretende conocer y que al mismo tiempo que se va conociendo se va alterando, afectándose en hechos y fenómenos nuevos que ese saber aun desconoce y que por lo tanto, seguirá buscando como eterno caminante sin saber dónde llegar.-
Nos preguntarnos si es posible un conocimiento con independencia de un sistema de valores por los cuales pudieran entrelazarse lo epistemológico y lo ético como condición de vida.-

BIBLIOGRAFÍA

1.DÍEZ, J. Y MOULINES U. “ Fundamentos de filosofía de la ciencia” Ariel 1997
2.KLIMOVSKY, G “ Las desventuras del conocimiento científico” A-Z editora- 1995
3.MILLER, D. “ Popper: escritos selectos” Fondo de Cultura Económica. 1995
4.NEWTON-SMITH W.H. “La racionalidad de la ciencia” Paidos studio básica- 1987
5.OLIVÉ, L. “Racionalidad epistémica” Trotta. 1995
6.POPPER, K. “ La lógica de la investigación científica” Tecnos .1967
7.Materiales del “Curso de epistemología” dictado por Dra.Esther Diaz – UNR.
8.FEYERABEND, P., “Tratado contra el método”.
9.HORGAN, J., “Feyerabend: el peor enemigo de la ciencia”, en Investigación y Ciencia, junio de 1993, p. 36.
10.ABBAGNANO, N., Historia de la filosofía, traduc. de Carlos Garriga y Manuela Pinotti, Barcelona, UTET, 1996.