lunes, 16 de febrero de 2009

LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD según Berger y Luckmann


El hombre y la sociedad se producen mutuamente: la realidad de lo social resulta de la actividad y de la conciencia humana, al tiempo que el hombre se hace persona y afirma su identidad.
Este proceso de construcción de la sociedad se realiza en tres momentos : exteriorización (constitución biológica programada no determinada proyectada en actividad); objetivación (la cultura se expresa como objetividad que se impone y como experiencia colectiva que remite a objetos susceptibles de ser compartidos) e interiorización (reabsorción del mundo objetivo en el interior de la conciencia determinando la subjetrividad).-
La socialización primaria resulta primordial y representa la estructura de base a la que deberá asemejarse toda socialización secundaria eficaz. A partir de esta socialización primaria el niño elabora una abstracción creciente encauzando roles y actitudes de los otros específicos hacia roles y actitudes en general. No existe en esta abstracción una perfecta simetría entre la realidad objetiva y la subjetiva; nunca está estática ni definida mas bien, es un proceso de equilibrio continuo.-
A través del lenguaje le serán transmitidos los múltiples esquemas de interpretación y de motivación que lo van a dotar de programas institucionalizados para la vida cotidiana que formarán su identidad y lo iniciarán en los principales sistemas de legitimación.
La socialización secundaria podrá variar según la sociedad en razón del grado de complejidad de la división del trabajo y de la distribución social de reservas de conocimientos que de ella dependen. Esta socialización implica siempre la existencia de una socialización anterior. Los procesos de legitimación que se acreditan a través de ellas aseguran una integración horizontal (la totalidad del orden institucional debe ser significativa para los actores implicados en los múltiples procesos institucionales) y una integración vertical (que el conjunto de la vida individual en los diversos segmentos del orden institucional parezca subjetivamente significativa).
En tal sentido, Berger y Luckmann suponen que la integración presenta siempre una dimensión cognitiva, distinguiendo cuatro fases de legitimación: un nivel preteórico (legitimación por el lenguaje); nivel de las proposiciones teóricas rudimentarias (proverbios, leyendas, tradiciones, etc.); nivel de las teorías explícitas o corpus complejos de conocimientos (derecho, ciencias, etc.) y nivel de los universos simbólicos (religiones, ideologías, formas de pensar el mundo, etc.).-
La marginalidad y la desviación constituye la manera de ser de los individuos que se ubican en la periferia del sistema de legitimaciones que valen para una sociedad dada. La pérdida de plausibilidad subjetiva para un orden social ya parcial o global, significa la puesta a distancia o incluso la renuncia a la prescripción moral acostumbrada o legal.
La dinámica de la interacción y legitimación de los comportamientos expresará la fragilidad de la sociedad como "creación dramática" y permitirá imaginar la suma de estos comportamientos individuales sobre la base del desmoronamiento progresivo de la legitimidad ligada a una práctica, a una institución, a una forma de dominación.-
El concepto de socialización está referido al movimiento propio de los individuos que reconocen y modelan a la vez la legitimidad de los sistemas de distribución de roles y de posiciones en la subsistemas sociales con los cuales tratan e interactúan. Este concepto es inseparable del concepto de legitimación de comportamientos que se traducen por la adhesión a los sistemas de "reglas-normas-valores" de una sociedad dada (doble modalidad de composición de la realidad: a nivel subjetivo internalizando atribuciones de sentido y a nivel objetivo en base a los caminos y medios de legitimación propuestos).-
El modelo de Berger y Luckmann nos muestra cómo los actores sociales realizan una obra intersubjetiva de puesta en orden del mundo en una incesante construcción - reconstrucción del mismo. Nos enseña que lo social procede primero de lo cognitivo y sólo después de lo normativo. Formar parte de la sociedad significa compartir su "saber", es decir, convivir en su orden.-

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